Desde los años 90, el impulso de la tecnología ha facilitado y abierto nuevos horizontes sobre las ciudades. Las ciudades
inteligentes o Smart cities están
íntimamente relacionadas con el uso de las tecnologías y las poderosas armas
que nos ofrece.
En definitiva es la combinación de personas, tecnología y creatividad para hacer más sostenible y eficiente a cualquier ciudad del mundo. De alguna manera, las smart cities dotan a los ciudadanos de herramientas para que aporten mayor valor a la ciudad.
Aunque el concepto de Smart City pueda sonar nuevo, se podría considerar que las ciudades de la antigua Roma ya eran Smart, ya que, a su modo,utilizaban la
tecnología disponible para facilitar la vida de sus ciudadanos. Un ejemplo serían
los acueductos.
Para el cumplimiento de todas estas metas,las Smart
Cities utilizan la tecnología. Por ello, se puede decir que “inteligente” no se refiere a
una característica de la ciudad en sí misma, sino que se trata de una herramienta para
conseguir los objetivos deseados. En este sentido, “inteligente” o “smart” se
asocia con la capacidad que tenga una ciudad de crear más bienestar para
sus ciudadanos.
¿Cómo funciona una Smart City?
Las ciudades inteligentes buscan solucionar problemas de diversos ámbitos mediante la tecnología y los datos en tiempo real, como el estado del transporte, la calidad del aire y el agua, o el índice de radiación solar. Algunas de las formas de recopilación de estos datos e información consisten en la instalación de sensores en las calles, que pueden detectar desde plazas de parking libres o la frecuencia de los autobuses, hasta la calidad del agua y del aire.Existen otras herramientas tecnológicas que las Smart Cities utilizan para solucionar problemas medioambientales. Por ejemplo, aquí se incluyen los sensores que detectan la presencia de viandantes para aumentar la potencia de luz solo cuando hay gente por la calle, y así reducir los gastos energéticos el resto del tiempo.
Para que una Smart City funcione, es necesario que la Administración local se implique y recopile y organice más información y datos de todos los indicadores de la ciudad. Un ejemplo es Barcelona, que cuenta con sensores y sistemas GPS para facilitar la atención médica urgente: los semáforos detectan las ambulancias y cambian a verde para facilitarles el paso sin crear situaciones de peligro.
CUIDADES SMART EN LA ACTUALIDAD
- Nueva York, Estados Unidos:
“La Gran Manzana” mantuvo su lugar como la ciudad más inteligente del mundo derrotando una vez más a su más fuerte competidora; Londres
- Londres, Inglaterra: La capital de Inglaterra quedó en segundo lugar y una de sus grandes fortalezas es su capital humano y el transporte.
- París, Francia:
Esta romántica ciudad europea es también una de las más inteligentes, entre sus fortalezas está su gran alcance internacional.
- Tokio, Japón:
La economía y el capital humano de esta ciudad asiática la mantuvo en el cuarto lugar.
- Reikiavik, Islandia:
La capital de Islandia destaca en sus condiciones ambientales y este año mantuvo su puesto en el ranking. - Singapur, Singapur:
Singapur destaca por sus impresionantes avances tecnológicos, sin embargo, tiene trabajo por hacer en cuanto a cohesión social.
- Seúl, Corea del Sur:
- Toronto, Canadá:
- Hong Kong, China:
- Ámsterdam, Países Bajos:
Las ciudades inteligentes buscan solucionar problemas de diversos ámbitos mediante la tecnología y los datos en tiempo real, como el estado del transporte, la calidad del aire y el agua, o el índice de radiación solar. Algunas de las formas de recopilación de estos datos e información consisten en la instalación de sensores en las calles, que pueden detectar desde plazas de parking libres o la frecuencia de los autobuses, hasta la calidad del agua y del aire.
Existen otras herramientas tecnológicas que las Smart Cities utilizan para solucionar problemas medioambientales. Por ejemplo, aquí se incluyen los sensores que detectan la presencia de viandantes para aumentar la potencia de luz solo cuando hay gente por la calle, y así reducir los gastos energéticos el resto del tiempo.
Para que una Smart City funcione, es necesario que la Administración local se implique y recopile y organice más información y datos de todos los indicadores de la ciudad. Un ejemplo es Barcelona, que cuenta con sensores y sistemas GPS para facilitar la atención médica urgente: los semáforos detectan las ambulancias y cambian a verde para facilitarles el paso sin crear situaciones de peligro.























